El 2021 ha sido el año de los imposibles; catástrofes, movidas políticas impensables, gente volviendo con ex parejas de muchos años atrás. Poco queda para la capacidad de asombro.

Pero sin duda este año ha sido la estrella cuando hablamos de lo políticamente correcto, abusos culturales, lingüísticos y hasta emocionales, ha sido una oda al agotamiento de la paciencia humana y ciudadana.

Dentro de lo políticamente correcto vino pisando muy fuerte la manoseada inclusión. Manoseada por unos, aprovechada por otros, realmente sentida y entendida por pocos.

Esto de la inclusión, inicia es en el mundo de la belleza y moda, a partir del año 2010 aproximadamente, comenzó en Estados Unidos a escucharse repetidamente un slogan muy poderoso “Representation matters” (la representación importa) y se trataba estrictamente de una voz que fue tomando fuerza, de mujeres que nunca se vieron representadas en el mundo de la publicidad, así como en medios de comunicación, cosa en la que yo venía trabajando en solitario desde 1995, como muchos saben, y en lo que sigo creyendo firmemente, pero con una visión y parámetros muy claros que no concuerdan para nada con lo que se está viendo en la actualidad.

Ésta, era una voz apolítica, estrictamente con fuerza femenina y sin mayor pretensión que esa, ser vistas, ser tomadas en cuenta. Para nadie es un secreto que existen fenotipos de belleza en medios al punto de lo absurdo y Venezuela es el mejor representante en ello. Esta era una voz llamada a hablar por todas, sin mayores expectativas.

Como todo movimiento social, fue tomado por la izquierda, manoseado, moldeado y manipulado hasta convertirlo en el circo que es actualmente. Circo que no me representa en lo absoluto. Razón –entre otras-por la cual me he distanciado en silencio de una industria que yo abrí y que mantuve en los parámetros idóneos y del buen vivir hasta donde pude, aunque no es ni será mi responsabilidad.

Sin embargo, he visto como dentro de la gran confusión generada con todo propósito en la izquierda y quienes están políticamente perdidos, como han tomado el famoso “representation matters” con una ligereza que ya preocupa.

Han hecho algo de carácter obligatorio que todo ser humano perteneciente a una minoría sea incluido, aun y cuando no haya hecho el menor esfuerzo por ganar los méritos necesarios para ello.

Recuerdo aún con asombro como hace un año, alguien me dijo que admiraba mi éxito porque “a pesar de ser Latina y gorda, yo triunfaba” a lo que corrí a corregir en el acto: a pesar no. En efecto soy mujer, Latina y gorda, tres minorías y de paso de las normalmente más vapuleadas, sin embargo, estoy aquí, porque estudié, porque me desvelo incontable cantidad de días trabajando, me estoy preparando académicamente siempre y pare usted de contar. No estoy aquí por llenar cuotas por tener una cara bonita o intercambiar favores sexuales. ¡Eso jamás!

Tanto ha presionado la izquierda con su proyecto diabólico y desestabilizador, que han logrado cambiar el corte estético de empresas de una larga tradición, muy exitosas y prósperas, solo por someterse al moralismo barato con sus presiones desmedidas e inmorales. Tan culpable quienes fustigan, como quienes se dejan fustigar dejando imponer las aspiraciones de terceros sobre el derecho privado como tutelar de una empresa, por ejemplo.

Venden al público como logro sus despropósitos, enviando otro peligroso mensaje: no importa si eres un mediocre, solo pertenece a una minoría, ponte en plan víctima y tienes el éxito y la gloria garantizados.

No hay nada más satisfactorio que esforzarte y ganarte decentemente cada cosa que tengas, que nadie te señale con el dedo el día de mañana de nada. El mérito siempre será la opción entre la gente consciente.

Sin embargo, me veo como es costumbre en esa nada grata posición de decir lo que nadie quiere decir, y creo firmemente que insultar, denigrar y vejar a las personas que son usadas para llenar cuotas es terriblemente nefasto y miserable, porque no son ellos quienes toman las decisiones de ponerles allí, y sí, aunque nunca lo admitan, lo que dicen a esas personas que están siendo manipuladas, habla es de quienes esbozan los insultos, y nada más.

Que nunca muera la meritocracia, y tampoco las buenas maneras al hablar.

¡Hasta la próxima!

By: Jennifer Barreto-Leyva

World’s First Latina Plus Model

Cover and second image: Jennifer Barreto-Leyva, Personal archives

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