Cada tanto tiempo surgen casos dramáticos en la opinión pública sobre acoso escolar y sus víctimas. Empieza el 2022 con el caso de Drayke Hardman de 12 años de Utah, quien se ahorcó, harto de ser violentado por sus compañeros de escuela. Lo hizo en la presencia de una de sus hermanas, por si no era ya dramática la historia.
Sus padres decidieron publicar las fotos de Drayke ya muerto, luego de los intentos en balde durante una hora del equipo médico de reavivarlo, con el fin de concienciar sobre el horror que es vivir esto y las consecuencias que puede generar.
Todo mal, en esta situación. Y explicaré por qué.
Como sobreviviente de este horror, y ahora conferencista del tema, debo decir responsablemente, que, aunque la intención de los padres de este preadolescente es noble y buena, publicar sus fotos y hacer viral el caso, fue en vano.
Ha habido todo tipo de campañas desde que, por fin, se empezó a entender del profundo daño que genera este tipo de violencia a edad temprana, unas más impactantes, otras menos. Sin embargo, como es de esperarse, es un tema que se manosea, en exceso quizá, por personas públicas y los ahora nefastos “influencers” quienes postean en sus espacios digitales, mañana, tarde y noche contenido alusivo al acoso y la violencia; en otros casos comparten material o mensajes de acoso directo, puro y duro. Entonces aquí la coherencia, está demás en una conversación donde es un elemento base necesario.
Estas campañas de concienciación son usadas en un 99% de los casos, para cumplir con el calendario de lo socialmente correcto, para generar contenido en redes sociales y/o para lavado de imagen, bien sea de empresas o personas que tienen el interés claro de demostrar que les “preocupa” el tema, sin embargo, el resto del año, no hacen absolutamente nada o por el contrario se contradicen con sus conductas y contenido.
¿Y qué mejor ejemplo que el de medios, empresas y plataformas, en este mes sacando “chistes” en sus espacios con el psicópata integrado protagonista del documental The tinder swindler?
Luego los veremos con publicaciones o campañas “preocupados” por la violencia hacia la mujer, cuando toque el turno del calendario de conveniencias, y así van, de fecha en fecha, embruteciendo, desinformando, engañando con preocupaciones inexistentes, siendo irresponsables.
El bullying o acoso escolar viene de casa y esto no les gusta a muchos escucharlo, porque les pega en el ego. Los niños son puros y no conocen de maldad. Emulan lo que ven, lo que escuchan y tienen en su entorno.
Cada vez que digo esto, con toda la responsabilidad como todo lo que hago y digo, sucede lo mismo. Dos o tres, acto seguido me responden con ofensas y/o alterados en redes o cuando doy mis conferencias al respecto. “En mi casa criamos a los niños con valores, no sé de dónde sacas eso gorda ridícula” creo, que para quien entiende, no hay que explicar mucho más…
Muy bonitas, en caso de que fuera honesto, las campañas de educación y concienciación sobre el tema, pero está demostrado que no funcionan, amén de todo lo ya expuesto anteriormente.
Si de verdad queremos hacer algo, comencemos a mirar para adentro, el cómo tratamos a los demás, el cómo nos expresamos de los demás, lo vulgar y chabacano del vocabulario de tantos, que va mucho más allá de un mero tema moral, fijémonos en como estigmatizamos a la gente hasta con la forma de mirarlos y no hablo del sentido de la vista.
Siéntese a hablar usted, con alguien con sobrepeso como yo, alguien con discapacidad física, alguien que por alguna razón este visto como minoría en sociedad, por nombrar algunos ejemplos, para que le cuente como es por ejemplo vivir, o tener una red social abierta, por no irme más allá, entonces conocerá usted un mundo doloroso y oscuro que muchos en la actualidad se niegan a escuchar, a procesar, y mucho menos a entender.
Lastimar y estigmatizar a otros no es gracioso, mucho menos agradable o divertido, y mucho me temo que los días de romantizar todo lo que está mal bajo el manto de “libertad” y “humor” son el principio de tiempos muy oscuros para la humanidad.
Como cada semana les digo, somos mejor que eso.
¡Hasta la próxima!
By: Jennifer Barreto-Leyva
CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host