A lo largo de la historia del mundo, han existido grandes manipulaciones a las masas, sin embargo, jamás con el descaro de la que estamos experimentando en la actualidad.
Y esto ha sido posible a las técnicas maquiavélicas empleadas para ello, pero también es importante resaltar un factor peligroso, y es la facilidad de manipulación a la población.
No deja de sorprenderme como fácil los distraen, engañan y siguen envolviendo en más actos de este circo público e histórico que estamos viviendo.
El acto más reciente es el de una joven colombiana que dice hablar “códigos galácticos”, no solo todos se han prestado para darle voz y magnificar sus bufonerías, sino que ya le están dando espacios en medios como si no fuera suficiente la ridiculez. Esta ciudadana está jugando con fuego, por ende, todos los que la visibilizan también. Puesto que está replicando en una muy mala imitación aprendida de You Tube, frases de sumerias mezcladas con glosolalia. Para que me entienda usted, está hablando lenguas muertas, y abriendo portales, estafando para completar, con un costo de $75 por sesión con ella.
La semana pasada fue Shakira y su separación, y la que viene será cualquier otra tontería, que por tener tantos repitiéndola, se engrandece, se viraliza y toma notoriedad.
Mientras tanto ocurren cosas que sí son importantes alrededor del mundo, como por ejemplo la inclusión de la ideología de género en el pensum escolar puertorriqueño, el lobby ya nada sutil de la pedofilia en las escuelas norteamericanas, el lenguaje “inclusivo” ya hecho ley en Venezuela, o la posible consolidación de la izquierda en Colombia en tan solo unos días, cristalizando así el Foro de Sao Paulo, el proyecto más maquiavélico creado a la fecha en el mundo por la izquierda Latinoamericana. Esto por nombrar solo algunas de las muchas cosas que están pasando.
Si a la mentalidad de plastilina, usted suma medios masivos contando medias verdades o narrativas creadas y quienes están contando la verdad son silenciados, está completo el círculo de horror.
Esta era nefasta que George Orwell describió casi proféticamente en su obra 1984, tiene como lamentable cómplice y complemento una población genuflexa, manipulable y por lo que se ve con valores de cartón en su gran medida.
Tolerar el mal, es hacerse cómplice del mismo y que descripción más gráfica de esta frase que ver a niños en la actualidad en actuaciones de drag queens o siendo parte de los desfiles del “orgullo gay” por nombrar el ejemplo que más me perturba quizá de todos. Si usted que es adulto es incapaz de proteger un niño y condenar la maldad ¿Qué espera del resto del mundo? ¿Qué le podemos pedir a ese niño mañana? Todo queda en la nada…
Vengo diciendo desde hace rato, que el mal no es que se acerca, es que ya está sentado en nuestra mesa y tomando de nuestra despensa personal a manos llenas, mientras seguimos distraídos o plantados en aquello de no meternos en vidas ajenas.
La libertad viene con la responsabilidad como elemento intrínseco, y muchos no están entendiendo aun lo que significa esto.
No habrá ideología, perversión o desnaturalización que entre a nuestros hogares, siempre y cuando tengamos claros nuestros valores, nuestra fe y la estructura natural que tenemos como seres humanos.
La pregunta del millón es entonces ¿Somos lo suficientemente fuertes para enfrentar no solo lo que tenemos, sino lo que viene?
Mientras usted lo descubre, le invito a informarse, a no distraerse con baratijas mentales y que revise con detalle, de quien se rodea, que deja entrar en su cabeza, en su corazón y en su hogar.
Porque lo que está mal, está mal, así nadie lo diga y todos lo hagan, está mal.
¡Hasta la próxima!
By: Jennifer Barreto-Leyva
CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host