Colombia finalmente decidió su destino, escogió un presidente exguerrillero y una vicepresidenta feminista, pro-aborto, que no saca de su verbo la lista de quienes promueven la temible agenda 2030, quien asegura representará a las mujeres, pero claro está, a las que piensen como ella y nada más, eso sí, siempre usando el mal llamado “lenguaje inclusivo”.

En toda la región, gobernantes de izquierda, unos más frontales otros no tanto, con su verdadera posición política se han apoltronado en el poder, en su gran mayoría, a través de métodos democráticos, que es lo peor de este triste relato. 

Quienes hemos vivido en las feroces garras del socialismo hemos advertido, en medio de nuestro dolor y a pesar de lo profundamente rotos que estamos de por vida, que esto sucedería, y sin embargo nadie ha hecho caso.

El socialismo es pobreza, resentimiento y miseria, eso tan solo en su base, discurso y proceder. De por vida quedan vidas perdidas en el camino, familias desmembradas, historias de violaciones, hambrunas y muertos por mengua, torturados políticos y pare usted de contar. Horror y más horror, siempre bajo la premisa de “amor por el pueblo”, esperanzas, promesas que nunca se van a cumplir, y un sinfín de tácticas maquiavélicas creadas con el firme propósito de convencerlo a usted, de que partirle las piernas es lo mejor, para luego prestarle unas muletas, muletas que fueron creadas en capitalismo, para variar.

De todos los países donde golpeará más fuerte la furia zurda, será en Colombia. Es necesario e importante recordar, que este país, aún no se recupera ni se libra del horror del terrorismo, que se robó tantas vidas, que ocasionó tantas heridas y que a la fecha sigue haciendo daño.  Esto será como hacer una herida, en otra herida.  Innecesario, profundamente doloroso y con consecuencias letales. Espero equivocarme, pero el tiempo siempre tiene la última palabra.

Algo que me sigue generando preguntas, es ¿cómo un país que vive a diario las consecuencias de ser vecino de Venezuela, un país absolutamente devorado por políticas e ideologías de izquierda, pensó y creyó en mayoría, que votar por esta fórmula salida del averno iba a ser positivo y constructivo? He tenido el privilegio de conversar con grandes académicos al respecto y aún no lo entiendo.

Me sumo con mucha tristeza, a las voces coterráneas que aseveran que no se aprende por socialismo ajeno. Nos queda ver desde la distancia, como un hermoso país, se vuelve añicos gracias a una mala elección, que algunos en excesivo ejercicio de su cinismo, dirán que es cuando el país ha estado mejor.

El temido Foro de Sao Paulo concreta a paso firme su objetivo de cubrir de rojo la región, y Dios libre que los planes de alianzas que personalmente vi en papel con otras religiones y regiones no se concrete. Sin temor a exagerar, es la más repulsiva de las ideas jamás orquestada.

Luchar por la libertad, para los que sabemos lo que realmente representa, es una misión de vida, de la cual no podemos distraernos.

Los “yo te lo dije” jamás han servido para nada, excepto para ahondar más en la herida. Absolutamente inútil, muy propio de moralistas, momento en el que me aparto y no miro atrás.

Es momento Colombia, de secarse las lágrimas, respirar profundo y retomar la lucha. A la patria no se le abandona jamás, aún y en la distancia. Por la patria se lucha hasta el último respiro. Es momento de repensar el trabajo por hacer y seguir. La libertad y el país lo merecen.

Lamentablemente, nadie aprende por socialismo ajeno, y por comunismo ajeno tampoco.

 

¡Hasta la próxima! 

By: Jennifer Barreto-Leyva

 

CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host

 

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