Muchas han sido las veces que en silencio he visto conocidos, defendidos (clientes) y amigos llorar y vivir con el alma rota, por las consecuencias, de lo que para mí siempre será una de las acciones más nefastas de una madre o padre: la alienación parental.
El regreso a clases y las vacaciones de los niños y adolescentes, son períodos donde las heridas que momentáneamente se olvidan, se reabren, regresan las lágrimas, los lamentos, las tramas baratas y de mal gusto de manipulación y unos pequeños que solo engrosan la lista de futuros hombres rotos, y lo peor, que es a manos de sus propios padres.
La alienación parental sin más, es la satanización del padre o la madre, de manos de la otra parte (padre o madre) para que todos entiendan y partamos claros desde el inicio.
Es un comportamiento bajo, nefasto y profundamente malévolo que ejercen padres y madres, en su lucha por el control de sus hijos, así como su lucha de poder con su contraparte y la narrativa de la historia.
Se ejerce en los años más delicados para un niño; donde se forma su identidad, su confianza en los seres humanos, sus esquemas de comportamiento, su referencia en todo, su autoestima, donde la relación con sus padres juntos y por separado determinará el tipo y calidad de relaciones con los demás, entre una larga lista de cosas a enumerar.
En el cien por ciento de los casos, se hace con plena consciencia de lo que se procura y es lo que más me genera animadversión de esta conducta delictual, que muchos irresponsablemente defienden. Sin embargo, estos padres y madres irresponsables e inconscientes, lo que desconocen totalmente es el alcance que su accionar tendrá a futuro. La persona más vulnerada, la que tendrá que cargar con los frutos de ese proceder, será justamente esa criatura que más han debido proteger y procurarle una sana relación con su contraparte: sus hijos.
He visto padres humillados y totalmente doblegados a los actos de profunda maldad de su contraparte, con tal de no perder contacto con sus hijos. He visto padres difamados, explotados económicamente. Pudiera nombrar hasta cansarme los actos de maldad más pérfidos que mis ojos y oídos recogieron. Como conté en alguna oportunidad, fue exactamente lo que me hizo cambiar de rama en el derecho. No soporté tanta maldad gratuita, y tantos niños heridos, potenciales hombres rotos, por padres irresponsables que solo pensaban en dañar y vengarse, en cuentas que esas criaturas no tendrían por qué pagar.
De las muchas enseñanzas que me dejó mi abuelo materno, es que no hay plazo que no se cumpla, ni factura que no se cobre. Los hijos, tarde o temprano, siempre se terminarán enterando de las cosas que hicieron sus padres en peleas absurdas por el poder y como los usaron cual peón en tablero de ajedrez.
Mi consejo en esta oportunidad: tome registro de todo.
Abra redes sociales donde solo usted tenga acceso y haga una suerte de diario, donde todo lo pueda plasmar allí: cumpleaños, días de visitas que no se cumplieron, y todo aquello que usted considere su hijo (a) debe saber. Y en el momento que usted lo encuentre ideal, hágale saber a su hijo (a) que existe una verdad que debe leer con sus propios ojos y que no le quisieron contar, o como usted prefiera entregar el mensaje.
En este momento donde tenemos tantos recursos a la mano de tecnología, no aprovecharlos sabiamente es un gran desperdicio.
Quedarse callado ante el mal es complicidad, no importa cuando usted lea esto.
No se quede callado y luche, por su dignidad, por sus hijos, por la decencia, por la verdad. Siempre valdrá la pena.
Comparto estas poderosas palabras que hubiera querido escuchar en un momento muy difícil y oscuro de mi vida: Donde fuiste afligido serás honrado, donde fuiste humillado serás levantado.
Finalmente, a los padres y madres que se han dedicado abierta o solapadamente a vilificar la imagen y relación de su contraparte con sus hijos, les digo muy responsablemente: no esperen de la vida rosas, cuando se han dedicado en su camino a sembrar espinas.
Si usted se dedica a sembrar odio y mentiras en la persona más sagrada de su vida que es su hijo, sepa también disfrutar con el mismo malsano placer, todo lo que sus acciones ocasionarán.
¡Hasta la próxima!
By: Jennifer Barreto-Leyva
CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host
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