Mucho se ha escrito en los últimos tiempos acerca de lo que algunos han comenzado a denominar la batalla cultural.

Pero ¿Qué es la batalla cultural?

Haciendo una síntesis, muchos autores coinciden en que es una nueva forma de encarar las nuevas banderas de la izquierda, anteriormente socialista, hoy devenida en progresismo a nivel global.

Lo que en otrora era la lucha de clases, como el mismo Karl Mark lo describía en su manifiesto comunista, la lucha del proletariado, patronos vs fuerzas de la clase obrera por las justas reivindicaciones. Hoy en día estás banderas han sido sustituidas por otras.

El acceso casi universal a la tecnología, por parte de casi cualquier persona y el cambio de los métodos y modos de trabajo de hoy, hicieron que las viejas luchas proletarias quedarán atrás.

Al día de hoy un obrero norteamericano le va mejor cambiar su automóvil o su teléfono móvil cada año que emanciparse en alguna revolución anti patronal.

La izquierda se ve obligada a sustituir su vorágine de cambio por la vía revolucionaria por otra más novedosa paciva, “inclusiva” pero igualmente destructiva.

La necesidad de dividir, destruir, manipular y atomizar a la sociedad en un discurso único sigue siendo una máxima para las fuerzas de la nueva izquierda, hoy las sociedades se han dividido en colectivos enfrentados unos con otros, comunidades LGBTQ contra comunidades conservadoras y cristianas, negros contra blancos, hijos contra padres, esposas contra esposos, sectores indígenas enfrentados con sus conciudadanos, mujeres pro-abortos versus mujeres pro-vida, etc.

La batalla cultural nos lleva a poner las cosas en su sitio a través de un sistema de razonamientos argumentativos basados en la ciencia, la biología, la lógica, el sentido común y la identidad nacional de cada país basados en sus tradiciones y experiencias.

¿Y quiénes pueden formar parte de una batalla cultural?

Según el politólogo y escritor argentino Agustín Laje, autor del libro <La Batalla Cultural>, una unión de tres de las fuerzas más importantes en el espectro de pensamiento de las Derechas, son indispensables para derrotar la imperante narrativa de izquierda globalista.

Estas fuerzas las define el escritor como; los Libertarios, haciendo una especial salvedad de aquellos Libertarios No progresistas, los Conservadores y los Patriotas.

El drama intelectual de Venezuela.

En los últimos tiempos hemos visto cómo Venezuela no ha escapado a la debacle económica, política y moral que el propio socialismo provoca en las naciones, pero si vamos más allá podemos notar que las fuerzas de izquierda progresista también se han instalado en Venezuela y comienzan a arraigarse, con el apoyo de gobiernos progresistas y poderosos organismos internacionales, destinando grandes recursos económicos sólo para el trabajo ideológico hacia los venezolanos, uno de estos organismos es la Unión Europea, quienes en los últimos años ha destinado cuantiosos recursos economicos hacia la promoción de colectivos LGBT en el país entre otros movimientos progresistas.

Una vez un gran analista político venezolano me comentó, Venezuela quedo atrapada en lo peor de los dos mundos.

Entre el socialismo cruento y miserable con los nuevos matíces propios de un sistema de crimen organizado gestado durante la era chavista hasta la fecha y entre el nuevo progresismo globalista que va más alla del propio enfrentamiento entre pobres y ricos. Un enfrentamiento que empieza a dividir aún más nuestra ya rota sociedad venezolana. La llegada del progresismo a Venezuela.

El Chavismo-Madurismo, definido como un sistema criminal de mafias donde de cada necesidad se ha hecho un negocio rentable solo para los más cercanos al régimen y para los gerarcas militares que manejan gran parte del negocio de la droga y el tráfico de combustible entre otros ilícitos más.

Durante los últimos tiempos el narco Régimen Socialista genocida de Nicolás Maduro, soterradanamente también ha aplicado lo que esta nueva agenda de izquierda globalista le ha marcado a gran parte de las naciones del mundo. Han implementado políticas públicas en las escuelas direccionadas hacia la ideología de género en los niños, una ley de lenguaje inclusivo que destruye la escencia del idioma castellano, el surgimiento de colectivos LGBTQ amparados por el régimen chavista que abogan por el matrimonio homosexual y la adopción de niños bajo es nuevos modelos de mal llamada familia, la modificación de la familia tradicional y hasta el surgimiento de propuestas de causales que juatifiquen la legalidad del aborto en Venezuela, hoy día no permitido por la propia Constitución Chavista.

En la Venezuela de Maduro, la nefasta agenda genocida conocida como Agenda 2030 y sus 14 puntos también avanza bajo las sombras, una agenda que ellos llaman de desarrollo sostenible para “salvar” el planeta.

Hay mucha ignorancia y escépticismo en estos temas en nuestra sociedad venezolana tanto dentro como fuera de Venezuela.

Pero esta situación se torna aún más dramática cuando en la acera del frente son muchos los que han puesto sus esperanzas en figuras “nuevas” incluso consideradas “coherentes” en su lucha contra el chavismo.

Estas “nuevas” figuras esperanzadoras no han ocultado en ningún momento su apuesta por llevar e implantar de plano en Venezuela esta Agenda globalista que se impulsa desde gobiernos internacionales y los organismos multilaterales más cuestionados y desprestigiados del mundo como la Organización de Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de la Salud y hasta el mismo Foro Económico Mundial, un club privado de millonarios autodenominados filántropos con una trayectoria bastante cuestionada.

 

 

Carlos Socorro  – Fundador del Blog Conservadores Venezuela

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Para leer el artículo completo: https://conservadoresvenezuela.blogspot.com/2023/12/requiere-venezuela-de-la-batalla.html

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