En el gigante sudamericano sus ciudadanos han visto en las monedas virtuales una forma de protegerse de la depreciación del real brasileño y diversificar sus fuentes de ingresos, pero esta masiva búsqueda por las “cripto” ha generado la proliferación de “oportunidades” de dudosa credibilidad bajo el formato “pirámide”.
Glaidson Acácio Dos Santos, un excamarero convertido en multimillonario en la ciudad de Cabo Frío, en el estado de Rio de Janeiro y quien formó una organización que facturó más de 7000 millones de dólares desde el 2015 hasta el 2021 mediante la captación de recursos de pequeños inversores para la adquisición y gestión de criptomonedas, es acusado por las autoridades del país por supuestamente crear un elaborado esquema piramidal.
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Este personaje prometía un retorno mensual del 10% sobre sus inversiones, en contratos que podían durar de 12 a 48 meses con la promesa que los inversionistas recuperarían toda su inversión inicial al final del contrato, y todo libre de riesgos.
En su investigación, las autoridades policiales brasileñas descubrieron que la empresa no tenía los bitcoins que dijeron a sus clientes que comprarían y el dinero invertido se utilizaba para gastos personales, compra de diferentes criptomonedas, activos financieros tradicionales o para pagar a otros captadores de inversionistas por sus servicios.
Hoy Glaidson Acácio Dos Santos está a la espera de un juicio por su presunta implicación en los cargos de extorsión y delitos financieros.
Fuente: AP