Desde hace días, no deja de rondarme en la cabeza todos los desmanes que se han hecho con adopciones y vientres de alquiler.

Es un tema sensible, y que duele. Tengo cerca de mí, testimonios de padres que no pudieron serlo de forma natural y ambas herramientas vinieron a serles de gran ayuda para lograr su propósito.  Gente buena, que está en capacidad en todos los ámbitos de cumplir la inmensa responsabilidad de ser padres.

Sin embargo, como todo lo que toca el ser humano, esto ha sido torcido, retorcido y manoseado, para cumplir el propósito de burlar a la naturaleza de minorías que biológicamente hablando jamás podrían concebir un bebé, así mismo, de millones de pedófilos, que, tras una fachada de ciudadanos de bien, engañan al sistema para sus malsanos despropósitos.

En esa hedionda y pérfida lista, entran las feministas, que, en medio de su obsesión absurda de eliminar a los hombres de todo ámbito, acuden a estas opciones para ser “mamás luchonas y empoderadas”.

Yo solo veo bebés inocentes, siendo usados y exhibidos como trofeos sociales, que terminan siendo en un grueso porcentaje, juguetes rotos. Futuros hombres y mujeres que creerán tener una salud emocional óptima, pero que, a las primeras pesquisas de especialistas en salud mental, se quebrarán, aunque sea en silencio…

Testimoniales sobran, de familias tanto de padres de tránsito en el proceso de adopción, familias de adopción per se y padres que han usado la opción de vientre en alquiler, que han cometido las atrocidades más grandes del mundo con esas criaturas.

Al final ¿Quién fiscaliza esto? ¿A quién le importa verdaderamente el destino de esos niños?

Todo esto tiene como elemento común, la no supervisión de estos procesos. Para nadie es un secreto, el cómo se ha burlado con dinero e influencias una y otra vez, para mercadear con la vida humana, porque eso es, aunque no suene tan agradable.

Se aprovechan de mujeres con grandes necesidades económicas, así mismo de su ignorancia, y acuden a ellas, para utilizarlas de incubadoras humanas, cuando ya se cansan de tocar la puerta de agencias de adopción o no les conviene lo que la ley establece. Es realmente macabro.

Y aunque muchos no vean la relación, es imprescindible incluir a los padres y madres que ejercen la alienación parental, utilizando a sus hijos como elementos de trueque, como piezas en tablero de ajedrez para ejercer el poder. Grotesco, simplemente grotesco.

Esto se pone peor.

Recientemente han creado Ectolife, una matriz artificial que fue hecha para ayudar a mujeres que han padecido de cáncer o que por diversas razones médicas no pueden tener hijos. Pero desafortunadamente, veo poco probable que esto se le dé el uso original de su creación. Esto será un laboratorio que solo proveerá inocentes bebitos para todas las aberraciones que al ser humano se le ocurran.

Llámenme alarmista si quieren, pero la película que vengo pintándome en la mente desde hace algún tiempo, solo deja en pañales, aquella mítica escena de película que recreaba las profecías de Nostradamus, donde ni las cucarachas nos íbamos a poder comer.

Pobre del presente, y no menos del futuro.

¡Hasta la próxima!

By: Jennifer Barreto-Leyva
CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host

 

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