La salud mental es un tema que he estado conversando con insistencia con mi entorno cercano, puesto que trabajo en ese campo desde hace muchos años a través del mundo de la belleza, y mi comentario más frecuente es que veo con preocupación como con el transcurrir del tiempo, es un área de atención en la que muchos presentan señales preocupantes. Por suerte los tiempos han evolucionado y temas como éste y la sexualidad se hablan con la naturalidad que requiere, de la misma forma tabúes y estigmas han ido desapareciendo. 

La política con toda esta suerte de sacudón mundial desagradable que estamos viviendo está afectando a muchos, inclusive a aquellos considerados por masas como referentes e ídolos.

Particularmente en la política, pareciera haber una competencia en redes sociales a ver quién suelta el disparate más grande y quien es más violento de verbo; la influencia que tiene en el resto si me lo preguntan me hace mucho ruido a la par que me preocupa. Esto lo he hablado con un nutrido equipo de psicólogos y psiquiatras, con quienes he tenido largas e interesantes conversaciones al respecto y la confirmación a mis temores previamente descritos son confirmadas.

Hace algunos días la gimnasta olímpica Simone Biles se retiró de las competencias alegando que sufría de “twisties” que es la forma como denominan los gimnastas los bloqueos mentales, haciendo referencia a esa complicada pirueta que solo pocos en el mundo, con años de entrenamiento logran completar.

Acto seguido como era de esperarse comenzaron los “análisis”, los insultos, pero lo peor vino de un joven que hace años se retiró de sus estudios en la Universidad y que todos aplauden a rabiar todo lo que hace y dice. Se llama Charlie Kirk y en su podcast llamó “sociópata egoísta” y “vergüenza para el país” a la gimnasta. Enseguida todos aplaudieron esas horrorosas e irresponsables declaraciones solo porque las esbozaba él. Para quien no sepa, esto se llama falta de inteligencia emocional y compasión entre otras cosas.

Por si a alguien se le olvida, Simone lidió en silencio por años, con el abuso sexual ejercido por el Dr. Larry Nassau y fue la responsable de que se destapara este horror que finalmente ha salido a la luz y condenado por la justicia. No es cualquier cosa lo que esta joven ha enfrentado y aguantado.

Se le exige además con una moral que nadie tiene, que no se resquebraje y que así se esté muriendo siga adelante. La salud mental no es juego, y lo que ha hecho Simone por el contrario ha requerido de mucho valor y da al mundo un mensaje muy poderoso. Hablar de la salud mental es necesario y normal. Muchos llevan un tiranillo por dentro y se les olvida que la vida, la gente y el mundo no son como uno quiere, sino como es. 

Nos hemos polarizado hablando de forma tan enfermiza que preocupa y entristece, diciendo, defendiendo y aplaudiendo cada día cosas más insólitas y esto no está bien, porque insisto como cada vez que hablo del tema, se nos está olvidando lo que somos: humanos. Por defender posturas y la poca normalidad que nos queda, cosa que puedo entender, pero estamos aplaudiendo absurdos, y nos estamos enfermando en el ínterin.

Como diría mi querido y respetado Leonardo Camacho “No porque esté de nuestro lado, es bueno o vale la pena” y ahora más que nunca esto debe aplicarse.

Que la sensatez nunca se nos muera, a ser posible por favor.

Cuidemos nuestra salud mental y todo lo que dejamos entrar en nuestra psique. 

Nos necesitamos bien.

¡Hasta la próxima!

By: Jennifer Barreto-Leyva

CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host

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