Hay una crisis en el mundo casi desapercibida, que muchos se han tomado a chiste, para variar. Muy aparte de la incursión lamentable de tantos menores de edad en redes, algunos otros con el agravante de convertirlos en “influencers” en el planeta entero, entre muchas otras emergencias, está por explotar la educativa, y quizá muchos lo entiendan cuando necesiten un médico y no lo encuentren, sin embargo, tengan una plantilla de Tik Tokers, Youtubers e Instagramers a su disposición.
En Venezuela, se estimaba para inicios del 2021 que había más de un 50% de deserción escolar. Porcentaje que incluye docentes en éxodo, el considerable empeoramiento de servicios en el país, y la crisis que lejos de mejorar se agrava, y que quienes son los responsables de la misma, se empeñan en maquillar, para que el mundo crea una normalidad que no existe hace 23 años en mi país. 23 años donde no se tienen cifras oficiales de absolutamente nada, cabe destacar.
Para completar esta película de horror, de forma abierta, paulatina y sutil, se le ha obligado a escuelas y profesores en distintas etapas y formas, que rebajen y destruyan todo requisito de excelencia, organigrama, formalidad y estructura del sistema educativo. Y le digo más, no conforme con esto, los casos de niños y jóvenes, envalentonados, haciendo bullying a sus compañeros y profesores es frecuente como aborrecible. Llegan a amenazar a sabiendas de que nada les va a pasar. Normal en un país sin ley.
La educación que debe empezar por casa, bien gracias. Aquí empieza todo.
En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) registra un incremento de la inasistencia escolar de 13,7 puntos porcentuales a nivel nacional, pasando de 2,7% en 2019 a 16.4% en 2020. En las zonas rurales el incremento fue de 25,5 puntos porcentuales.
En México gracias a un acuerdo de la Secretaría de Educación Pública, solo podrán asignarse calificaciones numéricas en la escala de 6 a 10 a alumnos de primaria y secundaria. Si esto no es suficientemente grave, a eso súmele como parte del acuerdo, que la asistencia a clases no será un requisito para aprobar. Es decir, todo niño y joven en etapa escolar tiene garantizada su aprobación para en el ciclo 2021-2022.
En Puerto Rico, no conforme con lo terriblemente pagados que están los maestros y a la negativa de escuchar por la parte gubernamental, se necesita en este momento, reclutar al menos 1500 maestros para cubrir el próximo año escolar, puesto que cerca de 2000 docentes a la fecha se han jubilado. Sumémosle a esto 24,740 alumnos que fracasaron en este año académico. Niños y jóvenes que desde el huracán María, no saben lo que es tener un año escolar normal.
El panorama es igual de preocupante y escalofriante en toda la región, y si hablamos a nivel mundial, mejor pasemos a arte y espectáculos.
Como nunca falta quien siempre sobra, la UNESCO se monta en la ola, y externó la alarma de la gravísima crisis de educación que está cocinándose desde hace rato y nadie ha prestado atención, crisis que se incrementó y profundizó gracias al virus made in China. Eso sí, luego de haber promovido un encierro mundial macabro e inútil, ahora se “preocupan” por las consecuencias de las fantochadas promovidas. Inclusive hablan de una movilización a razón de esto que tendrá lugar en New York, el 19 de septiembre.
Sumémosle a esta oscura ecuación, la ideología de género que grupos de izquierda insisten en incluir en los pensum escolares, tanto, que lo hacen de forma privada, en todos los grados y de manera informal, si quiere ver una muestra, paséese por la plataforma Libs of Tik Tok para que sepa lo que están a haciendo a sus espaldas y a lo que someten a nuestros niños.
Vienen generaciones con deficiencias educativas profundas, severas y en extremo preocupantes y parece a nadie importarle, porque nadie hace nada y para todo, aquello que repito a la saciedad “Facta non verba” (hechos no palabras) se aplica en esta ocasión lamentablemente. No hay hechos que indiquen que a alguien le importa esto en algo, puesto que nadie hace nada.
Mientras, tenemos maestros más pobres y frágiles que nunca, una niñez embrutecida, pero eso sí, muy tecnológica, y un futuro que de solo hacer una pincelada en lo que nos espera, brotan los ¡Oh Dios mío!” de quienes sí estamos entendiendo como va a terminar esto.
El homeschooling (educación en casa) que vengo promoviendo desde hace dos años para salvar a nuestros niños y jóvenes de la ideología de género, solo será un paño caliente que a medias resuelve un problema, mientras otro gigantesco se sigue ignorando.
Fue doloroso escuchar a maestros durante el encierro nefasto quejarse, porque muchos padres no se involucraban ni antes, ni durante en la educación de sus hijos. Denuncias llegaron a mi despacho por montones, inclusive de escuelas que peligraban en cerrar por esto.
Hasta que no intervengamos todos, nos involucremos y preocupemos, me temo será un drama a largo plazo que nos estamos comprando sin ninguna necesidad.
Y usted ¿Sabe qué nivel cognoscitivo tienen sus hijos? ¿Conoce que aprendió y de quién? ¿Tiene perfectamente claro quien le habla y de qué?
Si no, es momento de empezarlo a averiguar…
¡Hasta la próxima!
By: Jennifer Barreto-Leyva
CEO @politicaenfaldas & @politicsinskirtsAuthor | TV/radio host
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